sábado, 14 de mayo de 2011

Sobre aprender y educar...

Aprendes cuanto utilizas los sentidos para darte cuenta que hay un mundo mas allá de la cuna. Cuando inventas muchas formas de hacer las cosas diferentes hasta que encuentras algo que siempre estuvo ahí. El proceso de aprendizaje es tan extenso como la vida de cada uno, pues siempre estamos experimentando, retroalimentándonos y aprendiendo en el proceso. No obstante, pese a ser una actividad innata, el aprendizaje no es un proceso pasivo, pues necesita de aspectos como la voluntad, motivación y creatividad para llevarla a cabo, elementos que compartimos también en el proceso de educar.

Con respecto a la voluntad, solo se aprende si se quiere, es decir, si se dispone de un verdadero interés por aprender. Al respecto los métodos, herramientas, temáticas y elementos educativos son inútiles si no disponemos de ánimo para obtener conocimiento. Del mismo modo, educar requiere de interés por hacerlo, pues a diferencia de otras profesiones, el educador no realiza una labor autómata o mecánica factible de realizar por cualquiera. Educar implica aprender a educar y ello se inicia con las ganas de querer hacerlo.

Cabe señalar que si la voluntad es probar un pastel, la motivación es querer seguir comiéndolo. Si bien es cierto que la voluntad nos induce a empezar con nuestra labor de aprendizaje o enseñanza, es la motivación la que nos impulsa, aún en situaciones adversas, a completar el proceso. En el aprendizaje, la motivación se puede dar por diversos aspectos tales como un interés de superación personal o la persecución de algún objetivo profesional. En el proceso de educar, la motivación suele circunscribirse en el ámbito filantrópico, aunque claro está, muchas personas tienen intereses que cubren otras necesidades de la pirámide de Maslow como reconocimiento, aceptación o autorealización.

Finalmente, la creatividad es esa variable que debe engranar el aprendizaje con la educación. Desde el punto de vista del aprendizaje, la creatividad nos permite extrapolar conocimiento previo en búsqueda de adquisición de nuevo (con aprender a cocinar un queque, podemos llevar el conocimiento más allá y preparar varios tipos de queques). Por su parte, la educación evidencia creatividad en la invención de nuevos procesos, métodos u elementos educativos acordes a las experiencias del profesor y a las necesidades del estudiante.

Como puede apreciarse, la educación y el aprendizaje van de la mano en el proceso de desarrollo humano. Cierto día le comentaba a un alumno que todos somos estudiantes y maestros al mismo tiempo, pues tanto una persona que aprende es capaz de enseñar con su simple forma de actuar, como una persona que educa es capaz de actualizarse y seguir aprendiendo para ofrecer a sus estudiantes mejores herramientas de aprendizaje.

6 comentarios:

  1. Sin duda la voluntad, la motivación, y la creatividad son tres de una amplia variedad de elementos que ocurren en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Es labor del docene hacer que los estudiantes los descubran para que puedan entender qué, para qué y por qué están adquiriendo cierto conocimiento.

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  2. Me parece muy interesante el aspecto que señala con respecto a la voluntad, ya que es totalmente cierto para que un proceso de aprendizaje sea eficiente debe exitir una buena dosis de voluntad, tanto del que aprende como de quien enseña. Pero también es cierto que la voluntad se puede despertar con la motivación y para motivar muchas veces se alcanza con la creatividad.

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  3. Motivación, tanto para enseñazar como para aprender, me parece que es unas las claves de todo proceso educativo. Sin emabargo si me gustaría anotar algo es que muchas veces esa motivación puede estar equivocada y entonces vienen las frustraciones.

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  4. Hola Jerico:
    Muy bien, me gusta mucho la parte final de tu ensayo y solo agrego que aprender algo es apropiárselo y por tanto es atribuir un sentido y construir los significados implicados en dicho contenido. Sin embargo, esta construcción no se lleva a cabo partiendo de cero, ni siquiera en los momentos iniciales de la escolaridad. El alumno construye personalmente un significado (o lo reconstruye desde el punto de vista social) sobre la base de los significados que ha podido construir previamente. Justamente gracias a esta base es posible continuar aprendiendo, continuar construyendo nuevos significados.

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  5. Jerico:
    Esos 3 elementos, que planteas en tu ensayo, me parece que definitivamente si influen, tanto en quien aprende, como en quien enseña.
    Ademas de esto, considero que cada uno va de la mano con el otro. Es decir que si un docente posee voluntad para enseñar, va a sentirse motivado a hacerlo, y como resultado de esto va a ser creativo en sus prácticas docentes.
    Creo que es necesaria una distinción de si la motivación es intrínseca o extrínseca: es intrínseca cuando la fuente de la motivación o lo que te "mueve" a mostrar alguna conducta proviene del propio acto como tal, (como de dentro de él), por ejemplo una persona que le guste dar clases de piano porque le gusta tocar piano y le gusta enseñar a otros. También opera la motivación extrínseca, en la que la persona muestra la conducta pero por obtener otra satisfacción, diferente de la principal, por ejemplo por el dinero que va a recibir a cambio o por el estatus social que logra al ser "docente o instructor".
    Es posible que cuando la motivación es extrínseca no se muestre la creatividad...

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  6. Al igual que el aprender, el educar solo se logra si se quiere. Me parece que ambas (el educar y el aprender) estan muy relacionadas e inclusive podría atreverme a decir que las podriamos unificar. Como docentes educamos, pero para ello debemos aprender. Como estudiantes, el autoaprendizaje es una forma de educarse y al mismo tiempo de aprender.

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