martes, 17 de mayo de 2011

¿Porqué esperarse hasta el futuro?

Constantemente alcanzamos el futuro y, mientras pensamos qué hacer en él, estamos viviendo un presente que tiene sus mismas problemáticas y necesidades que el día de ayer. Considero que no es posible pensar en el profesional del futuro sin observar las necesidades presentes, pues son éstas las que determinan con una base sólida, sin supuestos, lo que realmente necesitaremos en el futuro cercano. Cuando Joel Barker (1990) nos habla del futuro, nos indica que la importancia de prepararnos en la actualidad radica en que debemos ser agentes de cambio pues, al fin y al cabo, es en el futuro donde pasaremos el resto de nuestras vidas.

El concepto de autoeducación expuesto por Nieves, Otero y Molerio (s.f.) nos encamina en un modelo de conocimiento propio y educación intencional para buscar autosuperación individual y, en su esfuerzo conjunto, de manera colectiva. En tal sentido, la autoeducación trae a colación, implícitamente, la idea de que nos preparamos para el futuro en un mundo académicamente divergente, en el cual las oportunidades de educación de calidad no están al alcance de todos y en el que la educación por propia iniciativa remota su posición en la búsqueda de cubrir dicha brecha.

Cabe señalar que el proceso de autoperfeccionamiento, pese a ser una necesidad, no es la respuesta para todas las necesidades de educación. De hecho, se requiere de habilidades especiales que permitan llevar a cabo dicho proceso, tales como disciplina, capacidad de investigación, automotivación, objetivos claros y voluntad. Estas características, que nacen con base en necesidades específicas y patrones conductuales claves, no están presenten en todas las personas y, por ello, existen algunas personas que no pueden aprender de forma autodidacta pese a disponer del mismo material y elementos de estudio de otra que si lo logró.

El papel de las universidades en el presente, para formar los profesionales del futuro, es de vital importancia social. Pasamos de ser centros de capacitación tradicional a formar valores en el marco de un modelo educativo predefinido (como el constructivismo, en el caso de ULACIT) y a desarrollar conocimiento significativo basado en las necesidades actuales. Bajo este argumento, destaca la idea de desarrollar profesionales de valores (y no con valores), capaces de ser agentes de cambio, multidisciplinarios y comprometidos socialmente. Pero ¿acaso la autoeducación nos permite de ello?, porque un contra argumento a este postulado radicaría en que para qué necesitamos universidades si las personas pueden ser capaces de autoeducarse.
Al respecto, es importante señalar que la autoeducación y las universidades no deben estar alejados del mismo principio. La implementación de cursos virtuales, a cargo de las universidades, permite que los estudiantes se autoeduquen con la guía de un facilitador y es, precisamente esto último, lo que hace la diferencia entre una autoeducación sin rumbo y una autodirigida con habilitación externa. Por ejemplo, no es lo mismo buscar en Internet material aislado sobre administración, que llevar un curso universitario sobre ese tema en formato virtual. En ambos casos, la intención del estudiante es la misma, pero la metodología universitaria otorgará mayor efectividad al proceso de enseñanza iniciado.

Naturalmente, al mencionar el papel de las universidades en el desarrollo de nuestros futuros profesionales, estamos haciendo alusión directa al papel del docente. En lo personal considero que este cambio de enfoque en la educación permite facilitar contenido basado en competencias y no en temáticas de estudio, pues en el futuro cercano, el impacto de lo adquirido será mayor que el impacto de lo asimilado. Nuestro mundo requiere de personas capaces de aplicar sus conocimientos en diversos contextos y situaciones cambiantes y es el desarrollo de habilidades de pensamiento y no la memorización de conceptos, lo que nos permitirá desarrollar en nuestros futuros profesionales capacidades y experiencias educativas acordes a las nuevas tendencias del mercado global actual.

7 comentarios:

  1. Profesionales de valores y no con valores, me llama la atención esta frase, y lo hace por ser impactante, pues desde el MEP se ha dicho siempre formar en valores, tal vez si desarrolla un poco más esta idea, se lo agradecería mucho

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  2. Jerico, con respecto a tu cuestionamiento de ¿para qué necesitamos universidades si las personas pueden ser capaces de autoeducarse? creo que la auto-educación no excluye a los docentes en el proceso enseñanza-aprendizaje, y tampoco esto es sinónimo de una educación fuera de la universidad o auto-didacta exclusivamente. Creo que la propuesta es modificar el "modelo tradicional" por una "modelo de auto-gestión" dentro de la educación formal, regulada de igual forma por el MEP (por ejemplo) y con una estructura de objetivos, recursos, y estrategias.
    que es un reto? si, y que hay muchas limitaciones? tambien, pero ya en la historia de la que hoy somos protagonistas, tenemos años hablando de esto, y hemos dado pasos firmes hacia este propósito, ejemplo de ello es el e-learning (un blackboard como el que tenemos), que da una respuesta concreta a necesidades que se tenían con respecto a la educación y que concuerdan perfectamente con la propuesta de cambio que tenemos en frente!

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  3. Estimada Anais, concuerdo con usted. Por eso mencionada que es un contra rgumento, es decir, un concepto que muchas personas en contra de mi postura podrían presumir.

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  4. Gracias José por su pregunta. Considero que cuando hablamos de profesionales con valores, nos referimos a personas que han sido criadas con ciertos estándares convencionales y socialmente aceptados en áreas como la ética, el humanismo y la religión. Son valores inherentes en cada persona, y responden a juicios de valor predeterminados, como decía, por la sociedad y la cultura misma.

    Pero cuando se menciona un profesional "en valores" se refiere a aquellos que ejercen un papel protagónico en la propuesta de "nuevos" valores sociales como la proactividad, la responsabilidad social y el respeto por la diversidad.

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  5. Estimado Jerico, me parece que has logrado escribir un buen ensayo argumentativo. Muy bien.

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  6. Estimado don Jerico,
    Desde mi perspectiva, su ensayo abarca todos los puntos importantes con respecto a la educación de hoy día.
    Me parece muy acertado decir que debemos enforcarnos en la educación del presente ya que esta dictará qué tipo de profesionales tendremos en un futuro.
    De hecho, por todos los cambios cosntantes dentro de nuestra sociedad y por aspectos tales como la globalización y sus consecuencias, es importante que nosotros (los profesionales de hoy en día)y nuestros estudiantes (futuros profesionales), disciplina, capacidad de investigación, contemos con "automotivación, objetivos claros y voluntad".
    Si todos los profesionales de la actualidad tuvieran esa conciencia y disciplina, no leeríamos noticias acerca de corrupción, malpraxis, desempleo, entre muchos otros. Si los docentes lograramos desarrollar competencias como las que usted mencionó en su ensayo, estaríamos sanando muchas de las problemáticas que tenemos en estos días.

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  7. Me parece que la universidad y el docentes deben trabajar en conjunto para beneficiar a la sociedad graduando excelentes profesionales, con calidad humana, ética y obviamente conocimiento sobre la profesión.

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